sábado, 15 de abril de 2017

Conchita Alas Curso para Liderato de Comunidades Mayas Católicas 1996


Conchita Alas Certificado de Asistente Dental 1995

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Este certificado es una muestra del constante proceso de aprendizaje de Conchita Alas. Cuando estuvo en El Salvador solicitó que se le consiguiera trabajo voluntario en una clínica dental para poner en práctica los aprendido en su Certificado de Asistente Dental.


Conchita Alas Certificado de Ciudadana Honoraria Boys Town Nebraska 2010


Conchita Alas Certificado de Excelencia por Servicios Voluntarios 2007


Conchita Alas Certificado de Reconocimiento como Tesorera de Damas Católicas en Acción en Palm Beach Gardens, Florida, 1999


viernes, 14 de abril de 2017

Conchita Alas en julio del 2000


Conchita Alas, en West Palm Beach, vendiendo marañones . Aunque no tenía necesidad de vender marañones, emprender, mantenerse ocupada, era consustancial a su temperamento. Siempre se mantuvo aprendiendo y emprendiendo, como solía decir sobre las dos actividades que orientaron toda su vida. En este mes de julio del año 2000 murió su esposo Joaquín Hernández Callejas.

lunes, 10 de abril de 2017

Educación y Delincuencia

Educación y Delincuencia
Joaquín Hernández Callejas

Los actos "antisociales" del delincuente o peligroso son comunes y normales en la vida instintiva del niño pequeño, desde su primer año de vida. Desgraciadamente en los delincuentes, o en los sujetos en estado peligroso, sus deseos o tendencias al placer, sus gustos, sus caprichos, no fueron en su oportunidad atendidos, educados, encausados y en definitiva, modificados; y, por lo consiguiente en ellos no se puede lograr una ADAPTACIÓN SOCIAL. Hay pues que investigar las causas de esos fracasos y remediar tales desgracias mediante un sistema de educación y readaptación.

Andamos perdidos cuando queremos (...) desterrar los males sociales como la delincuencia viendo la (corrección) desde un punto de vista moral o de "conciencia". El enfoque debe ser objetivo, realista, basado en la conducta instintiva animal del individuo, porque solo un trato científico puede darle al asunto una solución deseable.

Antes se creía que hay dos caminos divergentes para el desarrollo psíquico: los animales proceden por instinto y los hombres por inteligencia. William James el gran pedagogo y psicólogo americano atacó esta tesis, sosteniendo que también en el hombre se dan actividades instintivas y que estas se refieren al plan de vida de la especie más que al modo propio de actuar del individuo.

Para la prevención de la delincuencia juvenil se crearon en 1942 en Clire Denwell, Inglaterra las escuelas industriales llamadas originalmente "escuelas andrajosas" (ragged school). Estas escuelas tenían por objeto suministrar un amplio programa de educación religiosa y de formación de la personalidad a los niños desamparados, desarrollado el movimiento suministró además, vestidos, alimentación y alojamiento a los necesitados, y finalmente se hizo obligatoria la enseñanza industrial hasta en 1870 en que se dio la Ley que hizo obligatoria y gratuita la enseñanza. En la Unión Soviética a raíz de la Revolución comunista de octubre de 1917 se crearon las escuelas para niños vagabundos sustituidas después por escuelas y granjas para el control de la juventud.

A estas alturas de la civilización y del conocimiento de la vida humana, sabemos que para alejar la humana conducta de las acciones antisociales (delictivas o peligrosas) debe pensarse en la educación de los instintos desde la tierna infancia.

Sabemos que la educación es el proceso de inculcar a los miembros jóvenes de la sociedad la cultura elaborada por las generaciones viejas, es decir, la transferencia de normas, de conocimientos, de ideas y de las técnicas adquiridas.

Recordemos que el niño es antisocial de cualquier origen que sea. Sus instintos no son buenos ni malos: simplemente son naturales. Y él se rige por la ley del menor esfuerzo al buscar el placer, lo que le agrada. Exige de la madre los mayores sacrificios porque no conoce la piedad; llora cuando se le incomoda porque es egoísta; juega con sus heces fecales porque no tiene noción de la higiene; trata de hacer daño arañando, arrojando objetos, riñendo, porque quiere afirmar su hegemonía; etc.

Todas estas manifestaciones deben ser suprimidas, modificadas para que se encause en el trato social adecuado al ambiente en que vive. Para ese fin usarán varias medidas:

1o) En primer lugar se le acostumbrará para que respete las horas de comer, que aguante las ausencias momentáneas de la madre, etc.

2o) En segundo lugar, tiene que acostumbrársele a la limpieza en vez de la tendencia instintiva a los actos antihigiénicos de tocar y hasta comer suciedades. Esta formación reactiva hace que domine sus impulsos hacia una tendencia opuesta a la conducta animal.

3o) En tercer lugar hay que enseñarle a SUBLIMAR sus impulsos agresivos: en vez de fomentarle la tendencia a hacer daño, debe inculcársele sentimientos de piedad; en vez de que destroce o apedree animales o destruya sin objeto cosas de utilidad, debe orientársele para que desarme y arme juguetes, o contribuya a la cooperación social; etc. Todo es un proceso formativo de la conducta que la haga ver las ventajas de la convivencia y las desventajas de desligarse del núcleo social en que vive, usando de las variadas formas metodológicas dichas y además, en lo que fuere necesario, de las amenzas, de la represión y de la gratificación.

La formación de esa conducta debe hacerse desde los primeros años de vida del niño hasta la edad puberal. Todo el ambiente social que rodea al niño al nacer y en el que vive sus primeros años hasta su edad juvenil, dejará una huella en la modificación u orientación de sus necesidades instintivas.

Donde hay pobreza y suciedad, es en vano esperar que se produzca una modificación satisfactoria de los instintos; no puede esperarse sublimación o una formación de la conducta si no hay una ambientación adecuada para tal propósito. Lo mismo ocurre en un ambiente de comodidad y lujo, en donde se deja al capricho el desarrollo emocional del niño o del joven: debe haber adecuada orientación del comportamiento hasta habituarlo a lo correcto.

Los conflictos en los juegos, la libertad en que viva, la clase de juguetes, la participación en los conflictos familiares, el tiempo que el padre y la madre le dediquen, la forma de orientación que usen los padres, etc., son importantes y decisivos factores para el desarrollo del carácter del niño y del joven. De esta educación depende el porvenir del futuro hombre, del hombre socialmente útil por el que batalla la humanidad cristiana del mundo.

Publicado en El Diario de Hoy, 30 de marzo de 1969

El texto original escrito a máquina, con anotaciones y correcciones de puño y letra de Joaquín Hernández Callejas.




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domingo, 9 de abril de 2017

Conchita Alas: Nota Biográfica

Conchita Alas: Nota Biográfica


CONCHITA ALAS



Por: Carlos E. Hernández
Abril de 2007

Mi madre soltera

Nací el 8 de diciembre de 1925. En San Francisco Lempa, uno de los 33 municipios del Departamento de Chalatenango, que a su vez, es uno de los catorce Departamentos de la República de El Salvador, América Central. Mi madre Antonia Alas, también era oriunda del mismo lugar. Mamá Toña como se le conocía familiarmente, ejerció una profunda influencia en toda la familia, por el simple hecho de que, como muchas madres de esa época, era madre soltera. Y madre soltera con seis hijos, tres varones y tres mujeres, producto de dos relaciones con individuos que no se responsabilizaron de sus hijos, y Mamá Toña tenía tal carácter que no aceptó en ningún momento ayuda alguna de los padres de sus hijos. Viví en San Francisco Lempa hasta los dieciséis años.

Vivíamos en una casa modesta. Sencilla. Tenia tres cuartos. Sala y comedor. Cocina de leña al aire libre. Uno de los cuartos, era la sala de venta; mi madre destazaba cerdos o vacas y vendía la carne. Para no dejarme sola, porque yo era la mas pequeña y podía despertar a mis hermanitos, me enrollaba en un petate y me llevaba a dormir bajo una mesa mientras ella trabajaba destazando reses o cerdos. Llenaba canastos completos de carne, para mandarlos a vender a cantones y valles y dejaba una parte de la producción de carne para vender en el mismo pueblo. El Tablón, Las Palmas, Los Zepeda, son algunos de los cantones que se abastecían con la carne de reses y cerdos que destazaba Mamá Toña en una jornada de trabajo de tres veces por semana que empezaba a las 3 o 4 de la madrugada.

Recuerdo que mi madre les daba trabajo a varias personas, unas cinco o seis personas, unas llevando la carne o el jabón para vender en los cantones y otras para fabricar los productos. En una oportunidad escuché el siguiente diálogo entre una de las vendedoras y mi madre:

Vendedora: “Toñita... ¿Me vas a dar trabajo este día?”

Mi madre: “No tengo dinero”.

Vendedora: “Me puedes pagar con carne y jabón pues yo en la casa no tengo nada. Hoy amanecimos sin nada”.

Mi madre: “Vaya anda déjales para que cocinen”. Ponía en hojas de matas de huerta, en bolsas o en canastos, carne, jabón, tamales, productos que las vendedoras llevaban a vender, en este caso para llevarles que comer a su familia. A veces hasta mangos les ponía porque había buenas cosechas de mango en los árboles de la casa. Las vendedoras regresaban luego a la casa para ir a vender lo que anticipadamente se les había pagado.

Fabricación casera del “jabón de cuche”

Los días que no destazaba reses o cerdos fabricaba jabón: tenia tres peroles u ollas, con tres “paletas” de unos dos o tres metros “meneaban” la grasa animal producto del destace mezclada con lejía obtenida de las cenizas de las cocinas que se compraba de casa en casa. La ceniza se ponía en un depósito con tela en el fondo y se le rociaba agua caliente que se recogía en un recipiente. Esta ‘’lejía” se mezclaba con la grasa animal “paniando” (meneando) el jabón. Cuando la mezcla estaba cocida en su punto, “floreaba” y se recogía con una paleta depositándolo en una batea, se “picaba” y al enfriarse se hacían las bolas de jabón. Tal era el procedimiento para fabricar el popularmente conocido “jabón de cuche” en El Salvador. El único tipo de jabón en casi todos los pueblos de la época.


La prioridad de la educación de los hijos.

Con este sacrificio y gran trabajo, Mamá Toña nos educó, en la Escuela Primaria de San Francisco Lempa, a todos los hijos, seis en total: tres varones y tres mujeres.

Yo era la menor. Mi madre había dispuesto que los hermanos y hermanas mayores cuidaran de los menores. Por ello tuve el privilegio de crecer bajo el cuidado de todos, pero especialmente de Blanquita, mi siguiente hermana mayor. Pasé mi primera infancia, bajo el cuidado de mi madre y bajo la mesa en donde, en las madrugadas, se rebanaba la carne para venderla. Inicié mi educación escolar a los siete años. Mi madre nunca descuidó la educación de sus hijos; trabajaba duro para ellos.

Los varones iban a la Escuela de Varones, las niñas a la Escuela de Niñas. Mi hermana mayor, Mercedes, llevaba la batuta, era “la jefa” y cuidaba a mi hermana Blanquita y a mi. Entre a la edad de siete años a la Escuela en San Francisco Lempa, tuve ahí toda mi educación primaria, hasta sexto grado. A los doce años ya “graduada” de primaria me vine a la ciudad capital, San Salvador.


La emigración por “oleadas” a San Salvador.

Mi hermano mayor Carlos, ya había emigrado a San Salvador, era taxista. Y llamó a toda la familia. Por “tandas” la familia emigró hacia San Salvador: Blanquita y Mercedes y luego mi madre con Heriberto, Juan y yo. Mi madre decidida, vendió todo lo que tenia. Para la fecha en que emigramos ya Blanquita trabajaba y estudiaba, para terminar sus estudios de enfermería.

Vivíamos en una pieza de mesón. Las mujeres no podíamos salir. Nos organizaba en la “dormida”, juntaba dos camas separando a las mujercitas de los varones, las primeras en las camas durmiendo con la madre y los varones en el suelo. La madre dormía en la orilla de la cama. En medio de esta pobreza me matricularon en el Colegio Renovación, ahí me gradué de taquimecanógrafa. Y luego tuve mi primer empleo en la empresa Nestlé. Mi madre notó mi cansancio por la vida de oficina y decía: “No. Si esta muchachita para maestra trae”.

Mis dos años de estudio en el Colegio Renovación, me dieron una buena formación que permitió emplearme rápidamente. Hoy ya no existen Secretarias taquígrafas en El Salvador. En la Nestlé incluso me enseñaron a llevar los libros...el Contador me decía: “Y ya vino Usted a quitarme el puesto”. Sin intenciones de dañar a nadie siempre tuve dos grandes intereses: aprender y emprender.

Los inicios de mi formación como maestra

A instancias de mi madre, asistí a un curso de seis meses de lo que se llamaba “Maestro Clase C”. Eran cursos acelerados de maestros debido a la urgencia de educadores en el interior del país. Esta promoción especial del Ministerio de Educación no contaba con instalaciones propias; los grupos recibían clases en el Instituto Nacional y en varias Escuelas de la capital. Los Maestros de Clase C recibían formación pedagógica de manera continua si aplicaban, para lograr ascender en las categorías B y finalmente la A. Cuando ya tenía la clasificación de Maestra Clase C me nombraron Maestra en la Escuela de Niñas de Jayaque, Departamento de La Libertad. Siguiendo los consejos de mi madre “poco pero bien”, “sírvete poco pero comételo todo”, tome los cursos estrictamente necesarios y mejore mis notas. Sin duda esto sirvió para mi selección. Cada vacación tomaba el curso pedagógico respectivo y así pude llegar posteriormente con los años de estudio a ser Maestra Clase A.

No había quien me fuera a dejar a Jayaque. Mi hermano Juan fue el designado por mi madre para irme a dejar: “A vos te va a tocar ir a dejarla”, le dijo. Mi madre, a puras referencias, había ubicado la casa de la familia Guardado en Jayaque, para alojarme. Con mi hermano Juan abordamos el bus en San Salvador y se trasbordaba en Santa Tecla; el bus nos dejo en la carretera de Sonsonate. En la parada de bus había gente “rentando” caballos y mulas para trasladarse a pueblos y cantones por los caminos rústicos, de piedras sueltas y polvazón. Rentamos una mula e iniciamos el camino. A contramarcha venían niños con mulas y caballos cuyos viajeros ya habían llegado a su destino y regresaban para volverlos a rentar. Yo iba en la mula, Juan mi hermano, cansado del largo camino cuesta arriba, bajo el sol y adolorido porque una piedra se le metió repentinamente en el zapato y le lesiono el pié cambió a mi requerimiento su situación de peatón por la de “a mula”. Yo iba caminando y mi hermano en la mula cuando un campesino que nos vio, dijo: “la mujer va pateando y vos cabalgando, bájate burro”. Mi hermano solamente sonrió y se hizo el indiferente.

Al llegar a Jayaque me alojé en una habitación semi construida. Inicié clases en el segundo grado, con 38 niñas inscritas. Uno de los maestros jóvenes, compañero de trabajo, incluso me propuso que pusiéramos en el pueblo una escuela privada debido a la gran cantidad de niñas y niños que deseaban estudiar. En Jayaque trabajé dos años y otros dos años en Armenia, Departamento de Sonsonate. Estando en Armenia, una localidad más accesible que Jayaque, con “puesto de buses” recibí la honrosa distinción de Mejor Maestra en Armenia, seleccionada en base al puntaje que alcanzaban los alumnos en los exámenes oficiales. Como premio me dijeron que me ascenderían a Directora y que podrían trasladarme al lugar donde yo quisiera. Yo pedí mi traslado a San Salvador explicando que mi madre estaba enferma. Mamá Toñaa tenía asma y sus ataques eran cada vez mas frecuentes. Posteriormente desarrolló cáncer.

Conocí a mi esposo, destacado educador

Pero hay una cosa importante en mi vida de Jayaque. Ahí conocí a mi esposo. Joaquín era un dirigente magisterial y Sub Delegado del Circuito Escolar, supervisaba un grupo de varias Escuelas del Departamento de la La Libertad entre las que se encontraba la Escuela de Niñas de Jayaque. Había sido Presidente de la Asociación Magisterial Democrática, AMD, la primera organización magisterial de alcance nacional en El Salvador, que él contribuyó a fundar y era conocido en los círculos magisteriales como un talentoso escritor. Joaquín me visitaba en San Salvador, durante las vacaciones, en Villa San Pablo, un complejo pequeño de seis apartamentos de un solo cuarto con cocina cada uno de ellos donde vivíamos con Mamá Toña. Ya habíamos mejorado nuestras condiciones de vida, pasando de mesón a Villa. Mi madre notó la intención de las visitas y a sus instancias solicité mi cambio de Jayaque para Armenia. “Vos allá sola (en Jayaque) con este gato viejo que anda buscando ratón tierno” decía mi madre; Joaquín era diez años mayor que yo. Una vez mi madre sorprendió a Joaquín tomándome la mano y le dijo: “¡Vé!...que le quiere arrancar la mano a esa muchacha”; Joaquín inmediatamente me soltó la mano. Joaquín tenia sus ideas independientes, contradictorias con las ideas tradicionales, por ejemplo, no nos casamos por la Iglesia Católica debido a que el no quiso confesarse...”no puedo confesarme con otro hombre igual que yo”, decía. Nos casamos por lo civil en la Alcaldía de San Salvador y para cubrir la boda religiosa, sin confesión de su parte como lo exigía la Iglesia Católica, Joaquín me convenció de que nos casáramos por medio de una Iglesia Evangélica situada cerca de la casa de mi madre.

Mi trabajo como Directora de la Escuela Nicolás J. Bran

Me casé en 1947 ya siendo Directora de la Escuela Nicolás J. Bran, Escuela Urbana Mixta ubicada en la Colonia 3 de Mayo en San Salvador. La foto del personal docente de la Escuela fue tomada durante una visita del Sub Delegado Escolar. Vivía en los terrenos de la Escuela. Ahí nació mi primer hijo. Contraté una empleada para que lo cuidara en tanto yo atendía las necesidades de la Escuela y de mi cargo como Directora. Posteriormente compramos una casa en la Colonia 10 de Septiembre cercana a mi lugar de trabajo. Al siguiente año de haber asumido la Dirección, levantamos una matricula de alumnos sin precedentes, fue una gran cantidad de estudiantes inscritos y tuvieron que construirse dos aulas; con el tiempo, llegue a tener 16 profesores bajo mi dirección. Debido a la urbanización de toda la zona, el crecimiento de la Escuela fue notorio, pero también creció la fama de la Escuela, debido a la dedicación de todos los maestros que trabajamos en ella. “Ustedes tienen magia” decía el Sub Delegado Escolar de nuestro circuito a todos los profesores. “La magia es de nuestro pueblo” respondíamos. Nos esforzábamos desinteresadamente para que nuestros alumnos aprendieran. A los niños que no habían rendido la nota de promoción se les ayudaba con intensos cursos de verano para que en el nuevo año escolar estuvieran listos para empezar el siguiente grado. Los cursos de verano eran desarrollados con una excelente disciplina y voluntariamente por los maestros, impresionaba la gran dedicación y amor por los niños que educaban. Tuvimos el apoyo de los padres de familia e incluso, llegaban a matricularse a la Escuela, niños que vivían en sitios lejanos como Santa Tecla, situada a unos 20 kilómetros. Cuando dejé la Escuela, para trasladarme a otra Escuela, cercana a la casa que habíamos comprado en la Colonia Miramonte, ya estaba diseñada la construcción de dos plantas de uno de los edificios de la Escuela Nicolás J. Bran, que todavía existe, siendo un cuerpo principal de la construcción y ha resistido varios terremotos.


Nuestras casas, negocio y la educación en el trabajo

Joaquín era Sub Delegado Escolar en Chalatenango y de ahí se vino a San Salvador, a trabajar como maestro en el Colegio García Flamenco para esa época ubicado en el centro del viejo San Salvador. Me impresionó su decisión de dejar un cargo codiciado en el magisterio nacional, pero su intención era ingresar a la Universidad para graduarse de abogado. Así lo hizo, con una constancia destacada: trabajando como maestro, trabajando en el hogar, estudiando.

Con fondos reunidos por Joaquín y yo, compramos una casa en la colonia 10 de septiembre. Estas casitas, en aquella época, en 1951, valían 15 mil colones aproximadamente. La familia que la habitaba necesitaba irse fuera de la capital y nos la vendieron en 5 mil colones aproximadamente, quedándonos con el resto de la deuda. En la Sociedad de Padres de Familia de la Escuela Nicolás J. Bran habían personas de diferentes oficios, entre ellos, albañiles, pintores, constructores (maestros de obra, como se les llama en El Salvador) y prácticamente de toda ocupación que trabajaban económicamente y honestamente. Fue una bendición de Dios. Con ese apoyo de trabajo económico, eficiente, honesto de muchos padres de familia de la Escuela Nicolás J. Bran, iniciamos Joaquín y yo la compra de unos terrenos y construcciones, poco a poco, paso a paso, que culminaron con la construcción de un edificio de mas de 50 metros de frente y de dos plantas enfrente de la hoy transitada vía denominada Boulevard Venezuela. Parte construida, parte ocupada o alquilada, así íbamos mejorando nuestras condiciones de vida.

En la casa del Boulevard Venezuela vivieron mi madre y mi suegro. La casa de la Colonia 10 de Septiembre se le vendió a Elisa, mi cuñada. También, como inversión, habíamos comprado otra casa en la Colonia 10 de Septiembre, que se le vendió a mi hermano Juan. Siempre quise tener cerca toda la familia.

En esta época de inversiones, de proyectos, de propiedades, surgió la ayuda de la Señora Blanca Hilsdon, mi hermana, que había emigrado a los Estados Unidos, ya graduada de enfermera y se había casado con Don Larry Hilsdon, un “broker” de la Bolsa de Valores de Nueva York. Blanquita me enviaba toda clase de mercaderías, posteriormente yo viajaba en vacaciones escolares, en compañía de una vecina de la Colonia 10 de Septiembre, Teresita Zaldívar, a Estados Unidos a realizar compras para la “Tienda Blanquita”, localizada en los cuartos destinados a sala comedor de la casa que habitábamos en la misma Colonia. Mis hijos ayudaban en la Tienda Blanquita: cuando llegaba la mercadería mis hijos repartían volantes anunciando los productos, hacían cobros llevando recados escritos en papelitos convenientemente doblados incluso, llevaban a la pequeña edad, remesas al Banco donde trabajaba mi vecina Teresita. Blanquita, nuestra única hija, siendo una niña, después de sus estudios en el Colegio Guadalupano, solía bajar del bus del Colegio y asumía la tarea de arreglar las vitrinas de la Tienda. La “Tienda Blanquita” se traslado un tiempo a la nueva casa en el Boulevard Venezuela, posteriormente se cerró, al adquirir una nueva propiedad en la Colonia Miramonte.

Cuando nos trasladamos a la Colonia Miramonte, la propiedad del Boulevard Venezuela estaba construida en sus 50 metros de largo y dos plantas, totalmente alquilada, solamente ocupando un espacio de la misma la oficina del ahora Doctor Joaquín Hernández Callejas. Con mucho esfuerzo Joaquín se había graduado de abogado y puso su bufete de inmediato en el Boulevard Venezuela. Y trabajaba como Fiscal en la Fiscalía General de la Republica. Hacia 1951, Joaquín perdió un ojo, lo operaron de cataratas sin diagnosticar su diabetes; tuvo una infección ocular que terminó con la extirpación del ojo. Sus estudios de Derecho se hicieron mas difíciles, toda la familia lo apoyaba en la lectura de los Códigos y otros libros; en una grabadora usada marca “Grundig” hasta los hijos que ya podían leer grababan trozos de literatura jurídica que Joaquín repetía constantemente para preparar sus exámenes de Derecho.

Mis dos primeros hijos, Carlos Evaristo y Joaquín, estudiaban en el Colegio Don Bosco. Blanquita, la única hija, estudio en el Colegio La Divina Providencia y luego en el Colegio Guadalupano. En un tiempo Joaquín llevaba a los niños al Colegio, posteriormente contratamos el servicio de bus propio del Colegio. Surgió la oportunidad de trasladarnos de Colonia. El Boulevard Venezuela, debido al proceso de urbanización se había vuelto una carretera de intenso transito: buses, camiones y automóviles de todo tipo conectaban la cercana Terminal de Buses de Occidente con el resto de San Salvador. Día y noche el ruido de motores y “pitazos” era intenso. No se podía dormir. Cuando se lavaba la ropa y se tendía al sol para secarla esta se impregnaba de hollín despedido por los escapes de los vehículos; a la par de nuestra casa funcionada el Taller Guandique, que solía expandir ondas de vapores de pinturas y gasolina. Las conversaciones de los mecánicos no eran adecuadas para nuestros hijos. En una de las esquinas colindantes, se instaló la Cervecería La Tablita, que a la par que vendían deliciosos panes de gallina y carne servida en “tablitas” también vendían cerveza hasta altas horas de la noche con los consecuentes y cotidianos “pleitos de bolos”, malos olores por los orines y contaminación del sonido hasta por gritos con palabras soeces. Pensé en cambiar de zona de residencia. Todavía vivíamos en el Boulevard Venezuela cuando nació mi cuarto hijo, José.

La herencia de mi madre: Jesús, amor y educación

Mi madre murió en 1964, en el edificio del Boulevard Venezuela. Me dejó un gran vacío. Me sentí deshecha pero al mismo tiempo satisfecha. La solidaridad humana que experimenté fue intensa. Mi madre murió de cáncer; llegaban a visitar a mi mamá prácticamente todos los integrantes de la familia. Mi madre me dejó grandes herencias: la educación, el amor al trabajo, a la familia, el amor por los hijos, era un ejemplo la alegría de mi madre en la atención y protección de sus hijos, el amor y cuidado con los nietos, su oración constante, la insistencia en que moderara mi carácter, la confianza en la protección de mi Señor Jesucristo.

Hacia la fundación del Liceo Sagrado Corazón de Jesús

La Colonia Miramonte estaba concebida como una zona residencial de clase media. El Colegio García Flamenco se trasladó del centro de San Salvador a un predio grande de la mencionada colonia. Busqué trabajo como profesora auxiliar en la Escuela República de Nicaragua debido a que era la más cercana a la Colonia Miramonte, donde ya nos habíamos trasladado. Joaquín siguió con su bufete en el Boulevard Venezuela porque ahí tenía su clientela y la nueva colonia no tenia el acceso vehicular y servicio de buses que tenia el Boulevard Venezuela. Los maestros de la Escuela Nicolás J. Bran se mostraron sorprendidos de mi renuncia como Directora para solicitar una plaza de maestra auxiliar, primero en la Escuela Alberto Masferrer y después en la Escuela República de Nicaragua. Como dije mi propósito era trabajar como maestra cerca de mi nueva casa de habitación.

Trabajaba en la Escuela República de Nicaragua y un año después de pasarme a la Colonia Miramonte pensé en poner un kindergarten, debido a que observé la gran cantidad de niños de la nueva colonia y otras aledañas que no tenían un centro educativo inmediato.

Lo nombré Liceo Sagrado Corazón de Jesús, por mi formación católica y por mi devoción; desde niña mi madre me inculco esa creencia y fé en Jesús...”Padre Eterno, gracias por habernos dado a tu divino hijo”, oraba mi madre.

El lema: Estudio, Amor, Trabajo

Con Joaquín diseñamos el lema del Liceo: “Estudio, Amor, Trabajo”. El amor en el centro, porque siguiendo las enseñanzas de Jesús, se debe amar al prójimo como a uno mismo; el amor debe ser el fundamento de la familia...me dolía tanto escuchar a algunos de mis pequeños alumnos comentando sus problemas familiares, la separación de sus padres, la falta de fidelidad y lealtad en la vida de pareja. Se debe amar la propia vida. Y darle gracias a Dios todos los días por darnos una vida, única en la tierra. El amor debe desarrollarse hacia toda actividad humana, debe amarse el Estudio. Por medio del estudio conocemos nuestra Sociedad y la Naturaleza, a las que también debemos amar. Debemos amar el Trabajo, pues el Trabajo es el don de Dios para ser útiles a nuestra Sociedad, base para procurarnos honradamente nuestros medios de vida; por medio del trabajo, transformamos la naturaleza y la cuidamos. El Liceo estaba consagrado a Jesús, su misión principal era inculcar el Estudio, por ello fue la primera palabra en el lema; la finalidad del Estudio era educar para el Trabajo, por ello la palabra trabajo sería la última en el lema. Se trataba de educar por medio del amor a eficientes estudiantes trabajadores. El sedimento de la educación, conforme a las enseñanzas de Jesús eran la base: amor a sí mismo, a los demás, al prójimo y a la familia, a la Sociedad, a la Naturaleza, a la Ciencia.

Amanecer y Atardecer en el Liceo Sagrado Corazón de Jesús

El Liceo Sagrado Corazón de Jesús fue creciendo poco a poco, tuvimos excelentes alumnos y maestros. Creo que recibió gran impulso cuando hijos de connotados funcionarios e intelectuales salvadoreños, fueron matriculados en el Liceo. Hubo un momento en que la matrícula se reservaba con anticipación. Yo ponía especial esmero en la atención personalizada de los estudiantes, había recibido un curso de formación en enseñanza personalizada en España, por iniciativa propia; trataba siempre de escuchar y orientar a cada niño o niña, individualmente. La casa de la Colonia Miramonte resultó insuficiente para la cantidad de alumnos que año con año se matriculaba en el Liceo; construimos dos plantas para ampliar el número de aulas, compramos al crédito la casa contigua y construimos luego otras tres plantas en el patio y poco a poco, también compramos unos terrenos en la colindante Colonia Recinos. En los terrenos construimos una cancha de basketbol y una pequeña piscina para clases de natación.

Las décadas del 70 y del 80 fueron difíciles por la guerra civil en El Salvador. Cuando habían tiroteos en zonas aledañas al Liceo, nuestros alumnos, prendidos de curiosidad asomaban sus cabecitas por el enrejado de hierro de la parte frontal del edificio del Liceo, que daba a la calle que pasaba enfrente; los maestros y yo, angustiados tratábamos de que los pequeños ingresaran a las instalaciones del Liceo para que no les ocurriera daño alguno, encerrábamos a los niños en los baños, vigilándolos para que no fueran heridos por los fuegos cruzados. “Ten cuidado –me decía mi esposo- te puede caer una bala perdida”.

En una oportunidad una de mis empleadas domésticas –tenia varias empleadas por razones del cuidado de la casa, de mi hijo pequeño, Jorge y la limpieza de las instalaciones del Liceo- me pidió una sábana de las que había planchado para ir a cubrir el cadáver de un insurgente que había muerto en la refriega con los soldados en las inmediaciones. Yo se la di. Uno de mis empleados, que hacía la limpieza en las instalaciones del Liceo, y que había sido recomendado por una monja, se integró con el tiempo al movimiento insurgente; en una oportunidad que lo capturaron dijo que era hijo de mi esposo, por pura casualidad tenia el mismo apellido. Cuando le preguntaron por teléfono, mi esposo aceptó que el joven era su hijo, para salvarle la vida y a pesar del gran riesgo que ello significaba fue a traerlo al sitio donde lo habían detenido; este joven murió después en un enfrentamiento. A mi hijo mayor también lo capturaron en 1979 y gestionamos su liberación, lográndolo; mi hijo había sido dirigente estudiantil y trabajaba como profesor en la Universidad de El Salvador. A mis sobrinos, médicos los dos, también los capturaron y torturaron y con la diligente gestión de mi esposo los liberaron. Antes, mi esposo había logrado que saliera fuera del país uno de los hermanos de los médicos, que también corría peligro de ser capturado. Empecé a encontrar cartas amenazantes deslizadas entre las rejas de protección de la entrada del edificio del Liceo. Las cartas decían: “Señora de Hernández Callejas: si no se va del país nos llevaremos a sus dos hijos menores que tiene ahí”. Con una de esas cartas, atemorizada, fui a la Embajada de los Estados Unidos. Yo prestaba las instalaciones del Liceo para la realización de diversos actos culturales a diferentes instituciones: la Iglesia Católica, la Universidad, la Embajada de los Estados Unidos. Cuando fui a la Embajada de Estados Unidos y mostré la carta en que me amenazaban me atendieron con cordialidad. Me preguntaron sobre que tipo de solicitud haría: asilo político o residencia. Solicite residencia e inicie el traslado mío y de mis hijos hacia los Estados Unidos.

Para esta época mi hija Blanquita ya vivía en Estados Unidos. Como madre empecé a preocuparme más por ella, sobre todo cuando nació mi nieta Nataly. Viajaba constantemente a los Estados Unidos y por períodos encomendaba la Dirección del Liceo a experimentados profesores que trabajaban ahí mismo.


En Estados Unidos me concentre en apoyar la radicación de mis hijos. Blanquita mi hija, ya era ciudadana de los Estados Unidos. Deje al frente del Colegio a una familia de connotados profesores, la familia Amaya. Dirigían muy bien el Liceo académica y administrativamente. En otros periodos, era atendido por otros diligentes profesores, entre ellos la Señorita Emelyna Turcios. Después de algunos años, con mucha satisfacción vendí el Liceo a una Sociedad compuesta por maestros que habían trabajado y estaban trabajando en el Liceo. En uno de mis viajes a El Salvador, me comentaron que dos de los maestros, hermanos carnales, integrantes de la Sociedad que había comprado el Liceo, habían sido asesinados, ellos trabajaban como maestros en la Universidad de El Salvador y en el Liceo; estos maestros eran pivotes en la conducción del Liceo. Académica y administrativamente, en medio de las presiones del conflicto armado, el Liceo fue desmejorando y cerró sus instalaciones a finales de 1999 aproximadamente. Las instalaciones del Liceo siempre siguen estando dedicadas a la enseñanza, en la actualidad funciona la Escuela Bilingüe Tazumal. Ahora formando parte de la herencia de mis hijos, seguimos cumpliendo la promesa de que ninguna de nuestras propiedades seria utilizada para actividades denigrantes del ser humano, sino para vivienda, negocios que no fueran de venta de alcohol y prostitución, mucho menos ilícitos y sobre todo que nuestras modestas propiedades, ahora de nuestros hijos, fueran dedicadas al fomento de la educación.

Momentos de mi vida en Estados Unidos

Concentrada en apoyar la radicación, estabilidad y educación de mis hijos en los Estados Unidos, en medio de mis ocupaciones domésticas y cada vez más frecuentes quebrantos de salud, inicié mis estudios en Palm Beach Community College, donde me acreditaron las notas de la Escuela Normal de Maestros Alberto Masferrer de El Salvador. Me faltó un año para graduarme. Mi esposo Joaquín emigró posteriormente. Blanquita, Joaquín padre, Joaquín hijo y Jorge constituían mi familia en Estados Unidos. Carlos, mi hijo mayor, estudiaba en la Universidad de Costa Rica.

Mi vocación docente la cubría catequizando en la Iglesia Saint Luke, de Palm Spring, Florida. Trabajé varios años en esta actividad de catequesis. Solamente fue interrumpida la actividad por mi traslado a la nueva casa de mi hijo Jorge.

Recibí cursos de formación para líderes de comunidades hispanas y mayas católicas patrocinados por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Estudié un curso de Educación en Servicios de Salud y luego de Asistente Dental y obtuve el certificado correspondiente; mi trabajo fue interrumpido por prescripción medica debido a prótesis en mis caderas; me diagnosticaron y operaron por padecimiento de osteoporosis.

Hoy en el 2007, todavía siento vibrar mi vocación docente, como si fuera ayer que trabaje en la Escuela Nicolás J. Bran o en el Liceo Sagrado Corazón de Jesús. Me inscribí en el Foster Grandparent Program y había iniciado con gran entusiasmo mi apoyo en la Elementary School of Palm Spring, enseñando a leer a niños y niñas. Me dió vida mi nuevo horario de maestra. Interrumpí nuevamente, con mucho dolor, mi nueva ocupación por prescripción medica. Los niños y niñas me enviaron uno de los mejores diplomas que he obtenido en mi vida: un cartel lleno de corazones con los nombres de los alumnos a quienes ayudé en el poco tiempo que amorosamente compartí con ellos, a que aprendieran a escribirlos.

Escrito por j-y-c-fundacion-educacional el 15/04/2007

Conchita Alas, Título de Maestra de Educación Primaria Urbana

Título de Maestra de Educación Primaria Urbana


*


CLIC SOBRE EL TITULO PARA AMPLIARLO

TRANSCRIPCION

Ministerio de Educación
República de El Salvador

La Dirección General de Educación Normal

Por Cuanto:

Concepción Alas de Hernández Callejas

ha terminado los estudios reglamentarios en la Escuela Normal "Centroamérica"

y aprobado los exámenes prescritos para optar al Título de Maestro

Por Tanto:

En nombre de la República de El Salvador otorga

a: Concepción Alas de Hernández Callejas

el Título de:

Maestro de Educación Primaria Urbana

San Salvador a los veintidos días del mes de diciembre de mil novescientos sesenta y cuatro

Ministro de Educación

Director General de Educación Normal

Director de la Escuela

Sustentante

Conchita Alas, Diploma de Reconocimiento del Ministerio de Educación

29.10.08


Reconocimiento por Educación de la Niñez y la Juventud

*

*
Transcripción
*
República de El Salvador
Ministerio de Educación

El Ministerio de Educación

al aquilatar los servicios a la Patria

por medio de la Docencia Nacional

POR CUANTO:

Concepción Alas de Hernández Callejas

quien después de haber preparado generaciones, por un término digno de tomarse en cuenta, como un reconocimiento a su tesonera labor

POR TANTO:

Le otorga

Diploma de Reconocimiento

Por la abnegación dedicada a la Educación de la Niñez y la Juventud Salvadoreñas

Dado en San Salvador, a los veintisiete días del mes de octubre de mil novescientos setenta y ocho.

Ministro de Educación

Director de Educación Normal

Conchita Alas y el edificio de la Escuela Nicolás J. Bran

6.3.10

Nuevo edificio de la Escuela Nicolás J. Bran, 1952


*
Durante la Dirección de Conchita Alas, se inició a principios de la década del 50 la construcción del edificio de la Escuela Nicolás J. Bran. El espíritu y capacidad emprendedora, la habilidad para desarrollar el trabajo en equipo, su "don de mando" y su inclinación hacia la construcción y la arquitectura (que la llevaron a construir posteriormente un par de edificios más, partiendo de la nada, solamente con su esfuerzo y capacidad y la de su esposo, Joaquín Hernández Callejas) encontraron un ambiente propicio en la disposición e iniciativa de docentes, padres de familia y alumnos con grandes deseos de superación quienes hicieron gestiones ante el gobierno para la construcción del Edificio. Para dar paso a la "nueva y necesaria construcción" tendían a desaparecer árboles que se habían convertido en los "idolos" de toda la comunidad educativa.

La noticia publicada en El Diario de Hoy, el miércoles 21 de mayo de 1952, cuando el periódico valía cinco centavos de colón y tenía veinte páginas, dice:

"Moderno Edificio para la Escuela "Nicolás J. Bran".

La Escuela "Nicolás J. Bran" situada en la Colonia Tres de Mayo de esta ciudad será destruida para ceder espacio a un nuevo y amplio edificio escolar de dos pisos que dará cabida a más de seiscientos niños. La gráfica de la izquierda muestra dos imponentes araucarias que tienden a desaparecer. Datan desde hace más de setenta años y son hasta hoy quizás en esa zona los dos únicos testigos de tiempos del ferrocarril que de esta ciudad conducía a Santa Tecla. Los profesores y los alumnos de dicha Escuela han querido posar para El Diario de Hoy, cerca de los árboles que se habían convertido en sus ídolos. En la foto de arriba está la Directora Conchita Alas de Hernández Callejas, mostrando un boquete formado en una de las paredes del vetusto caserón que ha venido sirviendo de escuela y la gráfica de abajo muestra a un grupo de niños y profesoras cerca de unas carretillas de mano y un volcán de arena, indicios de una nueva y necesaria construcción".
*

Liceo Sagrado Corazón de Jesús, Séptimo Grado en 1975

8.7.07



Con su puño y letra Conchita Alas identificó esta fotogafia  de los alumnos y las alumnas del Séptimo Grado del 1975. En el extremo izquierdo la ahora Doctora Bianca Linville, docente, el ahora M. Sc. José Hernández entonces estudiante del Séptimo grado y el sexto de izquierda a derecha el Maestro Evaristo Hernández, docente. Todos ellos hija e hijos de Conchita Alas. En el Liceo Ssgrado Corazpon de Jesús también se educaron como estudiantes y maestros los hijos de Conchita Alas.

Conchita Alas en el Liceo Sagrado Corazón de Jesús

En la Dirección del Liceo Sagrado Corazón de Jesús


Conchita Alas en la oficina de la Dirección del Liceo Sagrado Corazón de Jesús. Sobre su escritorio una manualidad didáctica para explicar el funcionamiento del sistema solar. En las fotografías también grupos de alumnos en diversas actividades.


Publicado por 

Liceo Sagrado Corazón de Jesús, un día de la Independencia

5.7.07


Fotos de Desfile


Algunas de las fotografías de actividades del Liceo Sagrado Corazón de Jesús, dirigido por Conchita Alas (en la foto del centro, a mano derecha, a la izquierda la profesora Emelina Turcios, no pude identificar al niño que actúa como Maestro de Ceremonias ni a la profesora que lo acompaña).

En las fotografías de la parte inferior se destaca al fondo el Volcán de San Salvador. Las fotografías indican una de las celebraciones cívicas relacionadas con la Independencia.


Joaquín Hernández Callejas, Himno a Chinameca

Joaquín Hernández Callejas fué un músico con formación sistemática en ése campo, que posteriormente se hizo maestro de educación primaria y abogado. 

Como músico tuvo una trayectoria destacada. A los seis años tocaba en la Marimba Cuscatlán, organizada por su padre, José María Hernández Segovia, en la ciudad del oriente de El Salvador, Chinameca. El narraba que en una oportunidad pasó por Chinameca el General Augusto César Sandino, prócer nicaraguense y en Chinameca le hicieron un homenaje y los músicos de la localidad participaron. El General Sandino al ver a Joaquín tocando la marimba en los tiples, a tan corta edad fué a felicitarlo. A Joaquín le ponían un "banquito" porque su estatura a tan temprana edad no le permitía alcanzar el teclado de la Marimba. 

Posteriormente fué Maestro de Coro en Iglesia de Chinameca. A los quince años tocaba el "armonium" de la Iglesia. También tocaba violín, mandolina y piano. Joquín era un músico con formación técnica, con conocimientos de solfeo. Papá Chema, su padre, era clarinetista y artesano de la carpintería (él mismo construyó su Marimba, completa, cuidando la sonoridad que emanaba de la madera que trabajó) y le exigía a la familia que tocaba en la marimba que él dirigía formación musical seria, con conocimientos de solfeo. 

Joaquín compuso cuatro obras musicales de las que desgraciadamente de tres de ellas no se encuentran las partituras: Guerra a la Guerra (de contenido social), Adoración (tango compuesto para su esposa, Conchita), Marcha de Coquito (dedicada el menor de sus hijos). Compuso un Himno para el Centenario de su ciudad natal, "Viva mi Chinameca", del que conservamos la letra.



Puntos biográficos de Joaquín Hernández Callejas

21.3.08


Joaquín Hernández Callejas (1915-2000)

En vida fué:

* Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales, Universidad de El Salvador.

* Correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua.

* Correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.

* Miembro de Número (Silla J) de la Academia Salvadoreña de la Lengua Española.

* Presidente del Ateneo de El Salvador.

* Profesor de Instrucción Primaria, Escuela Normal de Maestros de El Salvador.

* Músico y Periodista.

Joaquín Hernández Callejas como Correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española

28.9.08


Joaquín Hernández como correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española

*
En la presente lista de correspondientes de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, ANLE, que son correspondientes de la Academia de sus propios países aparece el doctor Joaquín Hernández Callejas al lado de destacadas figuras de la literatura salvadoreña, los doctores Reynaldo Galindo Pohl, Alfredo Martínez Moreno y David Escobar Galindo.
En:

http://www.academianorteamericana.org/

http://www.academianorteamericana.org/html/01c_correspondientes.html

ALEMANIA: Gúnther Haensch

ARGENTINA: Rodolfo Modern*, Pedro Luis Barcia*

AUSTRALIA: Luis Sánchez-Cuñal

BELGICA: Jacques de Bruyne

BOLIVIA: Carlos Castañón Barrientos*, M. Frías Infante*, H.C.F. Mansilla*, Carlos P. Coello Villa*, Raúl Rivadeneira Prada*, Jaime Martínez Salguero*

BRASIL: José Carlos Brandi Aleixo*

CANADÁ: Vladimir Hachinski*

COLOMBIA: Jaime Posada*, Belisario Betancur*

COSTA RICA: Alberto Cañas*

CUBA: Luis A. Casas*, A Álvarez Bravo*, Sergio Valdés*, Nuria Gregori*

CHILE: Matías Rafide*, Alfredo Matus Olivier*, Manuel Diéguez Muñoz*

CHINA: Khen Kaixian

ECUADOR: Galo René Pérez, Carlos Joaquín Córdova*, Hernán Rodríguez Castelo*

EL SALVADOR: R. Galindo Pohl*, Alfredo Martínez Moreno*, Joaquín Hernández Callejas*, David Escobar Galindo*

ESPAÑA: A. Labandeira Fernández, Justo Jorge Padrón, J. Criado Costa, Santiago Castelo, José Manuel Caballero Bonald, José María Padilla Valencia, José Luis Abellán, Francisco Morales Padrón, C.M. Fernández-Shaw, J. M. Gómez y Méndez, Heliodoro Gutiérrez González, J. M. Allendesalazar, Antonio Gallego Morell, Gonzalo Santonja, M. Garrido Palacios, Valentín García Yebra,* Fernando A. Navarro, Félix Grande, Antonio Porpetta, Alfredo Jiménez, Wenceslao Carlos Lozano, Tomás Rodríguez Pantoja, Andrés Pedreño Muñoz, José Romera Castillo, Domingo Prieto García. Antonio Pamies Bertrán, Pedro Guerrero Ruiz, Juan van Halen, Angel López García Molins, Daniel Pineda Novo

ESTADOS UNIDOS: N. Gutiérrez Marrone, M. Aurelio Arenas, Luis T. González del Valle, Rubén Cobos, Garland D. Bills, A.G. Lozano, Luis Mario, Ronald Hilton, R.V. Padilla, J.M. Febles, R. Aguilar Malantzón, E. Martínez Paula, Jacinto Quirarte, Sergio D. Elizondo, Rima de Vallbona, A. J. Valbuena Briones, F. A. del Granado Anaya, Samuel G. Armistead, Georgette Magassy Dorn, Teresinka Pereira. John O'Neill, David Deferrari, Eduardo Urbina, Charles B. Faulhaber. Horacio Aguirre, Elio Alba Bufill, Elpidio Laguna Díaz, Emilio Cassinello, Gustavo A. Silva, Luis Alberto Ambroggio, José Luis S. Ponce de León, Leticia Molinero, Joaquín Badajoz, Mario Andino López C., George Peale, Christian García Godoy, Víctor Fuentes, Alberto Acereda, Alberto Castilla, Jorge Kattán Zablah, Daniel Ruiz Fernández, Javier G. Bustamante, Jorge I. Covarrubias, Mariela A. Gutiérrez, Orlando Rodríguez Sardiñas, Gonzalo Navajas, Francisco A. Marcos Marín

FILIPINAS: J. Rodríguez y Rodríguez*

FRANCIA: Gilbert Azam

GUATEMALA: Margarita Carrera*, Francisco Albizurez Palma*

HONDURAS: Oscar Acosta*

INGLATERRA: Anthony Leonard Gooch

ISRAEL: José Luis Najenson

JAPON: Hiroto Ueda

MACEDONIA: Mateja Matevski*

MARRUECOS: Fátima Tata, Abdelhuahid Akmir

MÉXICO: Andrés Henestrosa,* J. Moreno de Alba,* Eulalio Ferrer,* Fredo Arias de la Canal, Benjamín Valdivia,* Agripino Hernández Avelar, Jaime Labastida,* Felipe San José, Eugenio Mancera, Luis Hernández Lamoneda, Enrique Krause

NICARAGUA: E. Peña Hernández*, Jorge Eduardo Arellano*

PANAMÁ: E. Alvarado de Ricord*

PARAGUAY: H. Rodríguez Alcalá*

PERÚ: Estuardo Núñez Hague*, Luis Jaime Cisneros*

PORTUGAL: Justino Mendes de Almeida*, Amadeu Rodrigues Torres

PUERTO RICO: Humberto López Morales*, L. López Alvarez, José Luis Vega,* María Vaquero*

REPÚBLICA DOMINICANA: Mariano Lebrón Saviñón*; B. Rosario Candelier, Guido Féliz

RUSIA: Yuri A. Rylov

URUGUAY: José María Obaldía*, Carlos Jones Gaye*

VENEZUELA: P. Díaz Seijas*, Guillermo Morón*, José Luis Salcedo Bastardo*, Alexis Márquez Rodríguez*.

*Pertenecientes a las academias de sus respectivos países.
*

Joaquín Hernández Callejas como Correspondiente de la Real Academia Española

31.12.10


Joaquín Hernández Callejas como Correpondiente de la Real Academia Española


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Joaquín Hernández Callejas como Sub Delegado Escolar

2.11.12


Joaquín Hernández Callejas como Sub-Delegado Escolar

*
Una noticia que indica la devoción con que Joaquín se dedicaba a su trabajo docente lo expresa esta noticia aparecida en el periódico La Prensa Gráfica, uno de los periódicos de mayor circulación en El Salvador. La columna se llama "Yo Recuerdo Que..." por Anticuario y la noticia fué publicada el 16  de septiembre de 1984, y textualmente decía:

"Delegados Escolares

Siendo Ministro de Cultura Popular el profesor Rubén H. Dimas, recuerdo que existían allá por 1945 las delegaciones y subdelegaciones escolares. En las cabeceras departamentales estaban las Delegaciones y en las cabeceras de Distrito las Sub-Delagaciones. En ésa época se desempeñó como sub-delegado en Chinameca el profesor Joaquín Hernández Callejas, hoy abogado y escritor. Recuerdo que él visitaba a lomo de mula los más remotos cantones donde hubiera una escuelita. Esta clase de visitas constituía un acontecimiento, se chapodaban los caminos y las aulas y patios se limpiaban. José Lucas Franco Godoy, Lolotique."
*

Joaquín Hernández Callejas como músico

28.7.07


Joaquín Hernández Callejas como Músico


En esta fotografía probablemente aparece Joaquín Hernández Callejas integrando la estudiantina de la Normal de Maestros de 1941, a juzgar por la fecha que él mismo rotuló la noticia. Joaquín fué músico durante su infancia y adolescencia; el medio de vida de su familia era la marimba en su pueblo natal, Chinameca, en el Departamento de San Miguel, El Salvador. Aprendió a tocar la marimba a la edad de 6 años y tocaba también mandolina, acordeón, violín y piano. Lo "borroso" de la fotografía no nos ha permitido identificarlo con claridad.



La imagen que presidió actos del Liceo Sagrado Corazón de Jesús

29.7.07


Esta imagen del Sagrado Corazón de Jesús presidió las actividades del Liceo por cerca de 25 años. Estaba ubicada en el patio principal, en una cripta a la altura del techo. Enfrente de la imagen se formaban los estudiantes que repasaban diariamente las enseñanzas del MAESTRO, antes de iniciar sus clases.



Conchita Alas, educando en el patio del Liceo Sagrado Corazón de Jesús

29.7.07


Educando a la niñez



Esta es una buena fotografía tomada en una clase fuera de aula en el segundo patio del Liceo Sagrado Corazón de Jesús, que muestra una de las habilidades docentes de Conchita Alas. "Capturaba" la atención de niños y niñas; de similar manera la escuchaba con atención el personal docente que dirigía. Son evidencias de su capacidad de liderazgo educacional.

Conchita Alas, Directora de la Escuela Nicolás J. Bran en El Salvador, 1970

29.7.07

1970: Escuela Nicolás J. Bran




Personal docente femenino de la Escuela Nicolás J. Bran ubicada en la Colonia 3 de Mayo, San Salvador. Las cualidades de emprendedora de Conchita contribuyeron a que la Escuela iniciara la construcción de aulas, en forma de edificio. Esas aulas todavía se conservan y utilizan.
Conchita Alas era Directora de la Escuela, en la fotografía se encuentra sentada, al centro.
Algunos nombres de las Maestras:
Gloria de Fernández
Marta Vizcarra
Alicia de Melara
Marta Domínguez
Berta Olano
Concepción de Jerez
Lucita de Guatemala