domingo, 9 de abril de 2017

Joaquín Hernández Callejas, Himno a Chinameca

Joaquín Hernández Callejas fué un músico con formación sistemática en ése campo, que posteriormente se hizo maestro de educación primaria y abogado. 

Como músico tuvo una trayectoria destacada. A los seis años tocaba en la Marimba Cuscatlán, organizada por su padre, José María Hernández Segovia, en la ciudad del oriente de El Salvador, Chinameca. El narraba que en una oportunidad pasó por Chinameca el General Augusto César Sandino, prócer nicaraguense y en Chinameca le hicieron un homenaje y los músicos de la localidad participaron. El General Sandino al ver a Joaquín tocando la marimba en los tiples, a tan corta edad fué a felicitarlo. A Joaquín le ponían un "banquito" porque su estatura a tan temprana edad no le permitía alcanzar el teclado de la Marimba. 

Posteriormente fué Maestro de Coro en Iglesia de Chinameca. A los quince años tocaba el "armonium" de la Iglesia. También tocaba violín, mandolina y piano. Joquín era un músico con formación técnica, con conocimientos de solfeo. Papá Chema, su padre, era clarinetista y artesano de la carpintería (él mismo construyó su Marimba, completa, cuidando la sonoridad que emanaba de la madera que trabajó) y le exigía a la familia que tocaba en la marimba que él dirigía formación musical seria, con conocimientos de solfeo. 

Joaquín compuso cuatro obras musicales de las que desgraciadamente de tres de ellas no se encuentran las partituras: Guerra a la Guerra (de contenido social), Adoración (tango compuesto para su esposa, Conchita), Marcha de Coquito (dedicada el menor de sus hijos). Compuso un Himno para el Centenario de su ciudad natal, "Viva mi Chinameca", del que conservamos la letra.



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